La familia Segura (quinta generación de pasteleros), nos encarga el diseño del Museo.
La forma rotunda y los colores terrosos de la ciudad amurallada de Daroca, inspiran el edificio que alberga esta colección. La inserción en la trama urbana tradicional y el manejo de la luz natural son los principales argumentos en este proyecto.
Las tres plantas diáfanas que componen el edificio miran a la plaza, contrastando con el hermetismo de las otras fachadas.