La iglesia de Villareal de Huerva está dedicada a San Miguel desde el año 1.404, aunque inicialmente estuvo dedicada a Santa María, se encontraba formando parte de una fortificación, de la que se conserva un torreón y parte de la muralla sobre un pequeño altozano. La iglesia actual es una obra barroca.
En 2002 fue declarada Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés.
La iglesia tiene una nave en el centro de crucero cubierta por una bóveda con lunetos y tres capillas de menor alturas laterales entre los contrafuertes. Cuenta con un coro alto a los pies sobre el atrio. En el centro del crucero se levanta una cúpula sobre pechinas con linternas.
Interiormente, desde las pilastras hasta la bóveda, están decoradas con una elegante decoración en relieve, con esgrafiados de hojas y tallos en color blanco sobre fondo negro con un tratamiento naturalista y carnoso, que da lugar a composiciones recargadas tendentes al horror vacui propio del arte barroco. La iglesia destaca por sus airosas proporciones.
Exteriormente se pueden apreciar sus diferentes aparejos: la mampostería reforzada con sillares en los ángulos y en la portada abierta en un arco de medio punto formado por grandes dovelas, y el ladrillo que se presenta en la torre, la cual forma el único vestigio conservado de la construcción mudéjar, y que fue recrecida en el siglo XVII tomando el cuerpo barroco.
La torre consta de tres cuerpos: el primer cuerpo mudéjar tiene parámetros lisos, el segundo cuerpo, también mudéjar abre en cada lado dos vanos en arco de medio punto flanqueados por fajas de esquinillas y zigzags, y formaba el antiguo cuerpo de campanas, el tercer cuerpo fue el añadido en el siglo XVII de estilo barroco, con esquinas achaflanadas y abierto en vanos alberga las campanas actualmente.
La obra realizada, en varias fases, ha consistido en la renovación de la torre y su cubierta por el exterior homogeneizando las distintas ampliaciones anteriores.
En el torreón se han recuperado los distintos forjados, saneando su fábrica y cubierta.