Este puente sobre el Rio Aragón, data de finales de la edad media y comienzos de la edad moderna, conservándose los pilares de lo que fue una potente estructura de 160 metros longitud. Tres de estos apoyos cuentan con sendos tajamares de sección triangular que ayudan a desviar la fuerza de la corriente.
Posteriormente se construyo una pasarela metálica que sustituyo a una de madera del siglo XIX.
La intervención se centra en la reconstrucción de uno de los tramos que a causa de las sucesivas riadas llego a desaparecer.
Se pretende restablecer el uso peatonal.