El acondicionamiento de este mini espacio público de acceso desde la autovía A-23 al casco urbano, nos ofrece la oportunidad de recuperar y enfatizar su identidad.
Lo planteamos con un doble objetivo, el dar a conocer tanto por el día como por la noche el pueblo a los viajeros que circulan por esta vía interurbana, y también potenciar la imagen de marca del Campo de Cariñena. El letrero lo apoyamos sobre dos “piedras”.
La estructura es fruto del modelado de un material base, el hormigón armado de distintos colores, que se somete a los mismos procesos a los que se expone la piedra natural: sedimentación, erosión, meteorización, cristalización y compactación. Se encofra utilizando las rocas y el terreno preexistentes, cuya huella se conserva en los nuevos volúmenes.
Esta intervención del paisaje nace de este y le da orden, transformando la materia, en nuevas formas de arquitectura o arte.