El edificio se configura como una atalaya, que intenta explotar su privilegiada situación mirando al sur, es decir, al casco urbano que se aloja a sus pies.
Su forma oval, alberga los distintos servicios y estancias de los que se compone el albergue municipal.
Con emoción se descubre el paisaje al recorrer por sus rampas el entorno aterrazado y protegidos por el vuelo que determina el remate superior, desde donde se disfruta de una vista completa del valle.