Con gran importancia en el contexto arquitectónico militar medieval de Aragón, la torre de Abizanda es junto a la torre de Biel, la más completa del periodo románico. La torre se sitúa en la zona más alta de la colina permitiendo así su función de vigilancia y defensa de la frontera frente a los territorios musulmanes.
La construcción de la torre constó de dos fases, y ha sido asociada a maestros lombardos, bajo su característico estilo románico. La primera fase constructiva data del siglo X y se correspondería a la parte baja de la torre construida en piedra sillar. Tras su parcial destrucción en el año 1006 por las tropas musulmanas de Abd al-Malik y la reconquista del territorio de Sobrarbe por Sancho III el Mayor, se procedió a la edificación en sillarejo, sobre los restos de la anterior, de la torre que ha llegado a nuestros días, datándose entorno al año 1030. Dicha reconstrucción permitió a la torre alcanzar la altura de 24 metros.
Son característicos de la torre su puerta de acceso a 7 metros de altura, y su cadalso recorriendo su perímetro en la quinta planta. Debido a su situación es visible tanto desde la carretera como desde cualquier punto del pueblo. En el recinto se construyeron en los siglos XVI y XVIII la iglesia parroquial y la abadía, que junto a los restos de la muralla y otras torres forman el enclave.
Actualmente está declarada Bien de Interés Cultural y acoge las exposiciones temporales del Museo de Creencias y Religiosidad Popular del Pirineo Central.
Nuestra actuación se centra en el exterior, generando una relación entre la torre castillo, la iglesia y la abadía.
Urbanizamos el entorno para conectar el centro urbano con el conjunto monumental.