Proyectado por Lorente Arquitectos Ingenieros, el edificio se configura como una atalaya, que intenta explorar su privilegiada situación mirando al sur, es decir, al casco urbano que se aloja a sus pies.
Se compone en dos cuerpos: uno oval para centro de día y otro en torno a un gran jardín-looby desde donde tienen acceso todos los apartamentos tutelados.
Con emoción se descubre el paisaje al recorrer por sus rampas el entorno aterrazado y protegido por el vuelo que determina el remate superior del centro, desde donde se disfruta de una vista completa del valle.